jueves, 16 de julio de 2009

- Noches de Verano en la Ciudad -


Borrador para mi primera entrada

Un día en la ciudad, territorio desconocido, a solas contigo mismo. Mil pensamientos te asaltan. Intentas no pensar. Te aclaras los ojos y te situas en el mundo. Todo es posible y nada a su vez. Decides salir a la aventura, harto de esperar, pasando las horas muertas. Personas de todos los tipos, etnias y procedencias circulan delante tuyo. Cada uno con sus metas, ilusiones y quehaceres. Parejas que son felices, otras discuten. Padres primerizos enseñando a sus hijos, jovenes haciendo locuras, todo con caos pero en cierto orden. Vehículos que circulan a demasiada velocidad, personas agresivas al volante, danzan al ritmo de la selva, sin rozarse, como si cientos de pajaros surcasen los cielos sin llegar a colisionar. Decides ir a la playa. Desayunas sin apenas hambre. Sales por la puerta y te pegas una caminata. Coges el tranvía, con cierta curiosidad observas a sus pasajeros, sin dirigir la mirada atentamente. Los hay que leen, que esperan a amigos, otros sencillamente van a sus casas. Alguna chica te arranca un suspiro. Llegas al final del trayecto. El sol, en lo alto, te impone respeto pero a su vez te deleita con un bello paisaje, junto con el mar. Pisas la abrasante arena buscando un hueco entre tanta marea humana. Te bañas con tus pensamientos como única compañía. A tu alrededor hay cientos de chavales divirtiendose. Novios transmitiendose cariño o ancianos disfrutando de un tranquilo baño en la orilla. El mar parece algo bravo en el dia de hoy. No dejas de nadar, hacer piruetas varias y bucear, sumergiendote unos segundos bajo el agua, saboreando el momento de quietud que te proporciona paz. Sales a flote, observas a toda esa gente. Estás rodeado de gente, aunque pasas de largo, no van contigo. Esto te vuelve a hacer pensar. Sigues bañandote, pasas de todo. Al fin y al cabo fuiste a bañarte para disfrutar de la brisa, del mar, de sus olores y sensaciones que tanto añoras, trayendote recuerdos de tu niñez. Decides secarte y volver por donde viniste. De camino al piso, en el tranvía, intentas revivir aquellas sensaciones. Llegas y te das una ducha fria. Te preparas la comida, con una sensación de gozo e independencia poco habitual en ti. Estás haciendote a otro estilo de vida y esto te reconforta, al tiempo que te hace sentir diferente, incluso reflexivo. Te das un atracón y decides escuchar música. La tarde sucede aburrida. No esperas ya nada. El día se va apagando. A lo lejos, el sol se despide tímidamente. El cielo azul intenso se va mezclando con la inminente llegada de la oscuridad y un tono rojizo de melancolía. Derepente reaparece un plan en tu vida, el cual parecía muerto. Te vistes como puedes y sales corriendo. Nadie esperará. Llegas de nuevo al tranvía, a tiempo. Esperas un rato. Allí se acerca ella, viene bien acompañada. Tus planes adquieren forma. Queda un largo camino. Tantas horas de luz durante el día parecen insuficientes. Bajais del Tranvía. Toca andar. Cruzais la carretera y llegais al destino. Allí se aglutinan cientos de personas haciendo cola. Hablas con ellas, siempre intentas que todo el mundo esté cómodo y nadie se aburra, de todas formas te gusta y lo sabes. Trás una hora de espera llegas hasta la puerta. Allí todo pinta bien. Te ofrecen folletos y consumiciones gratuitas para el espectáculo al que has acudido. Cañas de bambú decoran la entrada. Preciosas mujeres con look asiatico te reciben en la puerta principal. Bajais a la planta baja, donde acontecerá todo el espectáculo. Allí os colocais cerca del escenario. Decides ir a por algo de beber. Te ofreces a traerles algo pero solo una de ellas accede. Una vez de vuelta, con las bebidas, la cosa se empieza a animar. Tomas asiento en el suelo. Allí lo pasas bien, dialogando felizmente, te gusta hacerlo con ellas. Alguna performance de hombres y mujeres con tambores quiebra la quietud, mientras son enfocados por camaras, dandose una vuelta por el lugar, proyectandolos en unas macro pantallas en lo alto. Tras mucho rato de espera, por fin el público empieza a silbar. El espectáculo comienza. Un estallido de sonidos y luces invaden los sentidos. Hombres de corpulencia abrumadora ejecutan movimientos certeros y sorprendentes, mujeres realizan acrobacias imposibles. Muchos de ellos se juegan la vida, deslizandose por cuerdas a alturas de vértigo, como si nadasen verticalmente por un cristalino y protector mar. Una coreografía de ensueño, agresiva a la par de bella despierta la sensibilidad del espectador, a la vez que le arranca el gozo.
La música despierta en tí pasión. Sientes como te vibra el pecho al ritmo de los graves y eso te encanta. Mientras vas contemplando con júbilo todo aquello intentas retener la mayor cantidad posible de imagenes con tu movil. Ellas disfrutan tanto como tu. Te sientes bien acompañado, ya puestos, disfrutas el doble. Este espectáculo no sería el mismo si no tuvieses esa compañía. Hacía tiempo que querías compartir un momento así. De repente te dicen que las acrobacias se acaban y es la hora de la música. Un Dj pincha música interesante, te arranca una sonrisa. Decides ir a por más bebida. Por el camino, detrás de la gente, ves la parte posterior de las pantallas. Contraste de luces casi cegadoras en el centro de la sala, mientras tu estás detrás, viendo todo el abanico de luces y efectos varios. En la distancia te asombras de todo aquello. Disfrutas cada sonido y luz de la sala. Empiezas a sentirte bien de verdad. A la vuelta decidimos irnos. Va siendo tarde. Ya en las afueras pedimos un taxi. Por el camino compartes anécdotas del pasado. Las luces de neón se van reflejando en la luna del vehículo. Cierta nostalgía te invade. La gran ciudad ahora parece vacía y extraña, ciertamente reconoces eso. Ya en la parada te despides con algo de tristeza, aunque con una sensación de haber aprovechado la noche. En tu interior quieres creer que ha sido para mi tan bueno como para ella. El día no fué tan malo gracias a esto último. Te das otra caminata hasta el piso cedido por un buen amigo. Allí asimilas todo lo ocurrido. Tienes la suerte de tener internet. Comentas lo ocurrido con amigos y con ella. Todo sabe mejor ahora que el día acabó bien. Asaltas la nevera en busca de algo para picar, ya que no cenaste. Al final intentas hacer planes para el siguiente día, y es que los días en este lugar están contados y quieres aprovecharlos, aunque son estos planes algo efímeros. Nunca sabes cómo acabará. Será parte de la magía?

Mientras escuchas musica espiritual, pianos, chill out y otras por el estilo, escribes una entrada en un blog de titulo variable, tu primera entrada pero no la ultima.
Esperas mucho de este blog. Transmitirás todo aquello que sientes pero que nunca queda constancia en ningún sitio? Compartirás lo que piensas de una forma no perenne?
Quizás te sirva como herramienta a modo de autoconocimiento o simplemente para no ser olvidado tan fácilmente.
Sea como fuere ya has empezado a escribir. El final de la historia está por escribirse todavía. La tinta y las ilusiones, lo que suceda a lo largo del camino, dependen solamente de TÍ.

3 comentarios:

  1. Bienvenido a Blogger, espero leerte bastante por aqui y que dejes ver algunas ideas de las que rondan esa cabeza tuya.
    No te agobies y disfruta escribiendo, que otros lo haremos leyendote :)

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  2. Aquí estaremos, leyendo cada frase que hagas (o re-hagas), esperando que se convierta en un sitio donde te sientas agusto.
    Cuenta con nosotros :)

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  3. Al fin puedo leer tu blog. Mira que te costo hacerlo nee.

    Asi que, aunque no sea la anfitriona perfecta en una ciudad no tan desconocida para ti, estaré esperando tu proxima actualización con ganas.

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